viernes, 4 de abril de 2008

Educación de la Creatividad

Según lo dicho anteriormente sobre la influencia del ambiente sobre la génesis y desarrollo de la creatividad, es claro que la creatividad puede y debe educarse. Diríamos que las vías normales han de ser las siguientes:

1) Supresión de los procedimientos inhibitorios.
2) Creación de un clima de libre producción.
3) Fomentar las motivaciones para la creatividad: necesidad o deseo de crear, curiosidad, implicación profunda en el campo de trabajo, necesidad interior de recognición y autoafirmación, etc.
4) Utilizar técnicas educativas que no marginen el pensamiento divergente, sino que lo exijan y mantengan.
5) Utilizar técnicas de creatividad en grupo que resultan generalmente provocadoras y estimulan la creatividad de los menos motivados. Entre estas técnicas podemos citar el Braimstorming (Alex Osborn, 1957) y la Sinéctica (Gordon, 1961).

No debe olvidarse que es muy frecuente que los profesores se encuentren incómodos con los alumnos creativos que fácilmente resultan incordes, mientras se encuentran muy satisfechos con los alumnos “convergentes” que se someten fácilmente a los sistemas preconcebidos.


Modelo Operativo: Taller Pequenos Artistas, Grandes Maestros"

La tormenta de ideas o Brainstorming

Sea cual sea la finalidad para la cual han sido concebidos, los objetos de la civilización representan para nosotros una solución a un problema; pero, por un mecanismo natural del espíritu, derivan muy frecuentemente hacia la única solución, es decir, que no solamente el objeto existe, sino que se impone al espíritu como una entidad definitiva y termina por ocupar un lugar tan importante, que no deja ninguna posibilidad a todos los perfeccionamientos que permitirían introducir los progresos de la técnica o los cambios de forma de vida.
Es preciso, por tanto, liberar el espíritu del objeto tal como existe: maltratándolo de todas las formas posibles, ridiculizándolo, relativizándolo, disociándolo, rompiéndolo, destruyéndolo, disminuyéndolo, invirtiéndolo...
Este razonamiento es una especie de acceso purificador. En apariencia es totalmente negativo, pero a menudo tiene consecuencias positivas: del mundo presente, cuidadosamente quebrantado, surge a menudo un mundo nuevo, que nos parece perfectamente seductor, y el descubrimiento no es más que un sueño que se realiza!

Este ejercicio es más sencillo de realizar cuando previamente se ha hecho una descripción precisa del objeto que se quiere quebrantar, distinguiendo cuidadosamente entre su universo técnico, es decir, la materia y la estructura según las cuales ha sido organizado; su universo funcional, es decir la utilización que el hombre ha sacado de él, y su universo sociológico, es decir las circunstancias generales en las que el hombre ha hecho su utilización.
El ejercicio puede realizarse bien por cada miembro del grupo aisladamente, bajo forma de test personal: después de lo cual se comparan los resultados de cada uno, o bien colectivamente, dejándose llevar por sus propios impulsos de fantasía imaginativa. Al final del ejercicio conviene reconsiderar las ideas espontáneas y desordenadas que se han conseguido, con el fin de comprender lo que ha ocurrido en el espíritu de los participantes y de ahí sacar una clasificación.
En una primera fase es conveniente hacer unos ejercicios basados en uno solo de los verbos propuestos, por ejemplo: aumentar, disminuir, invertir, modificar... ; después cuando se haya elegido el mecanismo a seguir se podrá trabajar globalmente sobre todos los verbos, dejando vagar libremente la imaginación de uno a otro. El tope propuesto no debe ser jamás un freno, sino únicamente un estimulante de la imaginación.

Ejemplo: aplicar cada uno de estos verbos, aumentar, disminuir, invertir... un ladrillo. Refuncionalizarlo, optimizarlo, multifuncionalizarlo.

Liberando la Imaginación a través de la Supresión

El conjunto de los productos o servicios que están a nuestra disposición en una u otra de nuestras sociedades forma un todo coherente. Se establece en un momento determinado una especie de equilibrio entre..., por ejemplo, los diferentes medios de transporte, los diferentes medios de comunicación, la producción y la oferta, los problemas de la sociedad industrial y los instrumentos que ésta propone al consumidor. Este equilibrio ecológico nos parece tan natural, que incluso no lo imaginamos como tal.

Sin embargo, tratemos de suprimir de nuestra vida cotidiana un determinado objeto y veamos las consecuencias. En ciertos casos veremos tambalearse el mundo. Pero cada civilización no está hecha únicamente de lo que contiene material o espiritualmente. La proximidad de otras civilizaciones, sus revoluciones o su prosperidad contribuyen a un equilibrio interno.

Los ejercicios siguientes deben realizarse en grupo: se empezará por definir con exactitud sus límites; después se recogerán indistintamente las consecuencias que se irán percibiendo, unas después de otras, por cada uno de los participantes; finalmente en una tercera etapa, nos esforzaremos en poner orden y clasificar estas consecuencias, de forma que se controle intelectualmente este fenómeno.

Ejercicios:

1º) Supongan que nadie haya inventado los zapatos. ¿Cómo sería el mundo?
2º) Supriman las sillas y la necesidad de sentarse. ¿Cuáles serían las consecuencias?
3º) Imaginen que la medida del tiempo, el reloj, no hubiera sido inventado. ¿Cómo sería el mundo?
4º) Supriman el papel como soporte de la escritura y todos los productos de sustitución que pudieran existir. ¿Qué ocurriría?
5º) Prohíban brutalmente el uso de cualquier publicidad, incluso informativa. ¿Cómo evolucionaría la economía?
6º) Proclamen un edicto mundial prohibiendo cualquier nuevo invento. ¿Qué ocurriría?
7º) Supriman los perfumes, maquillajes y productos de belleza. ¿Qué consecuencias sociales y económicas ocasionaría esta supresión?
8º) Imaginen que los Estados Unidos fueran entera y súbitamente borrados del mapa mundial. ¿Cómo sería el mundo?