viernes, 4 de abril de 2008

La tormenta de ideas o Brainstorming

Sea cual sea la finalidad para la cual han sido concebidos, los objetos de la civilización representan para nosotros una solución a un problema; pero, por un mecanismo natural del espíritu, derivan muy frecuentemente hacia la única solución, es decir, que no solamente el objeto existe, sino que se impone al espíritu como una entidad definitiva y termina por ocupar un lugar tan importante, que no deja ninguna posibilidad a todos los perfeccionamientos que permitirían introducir los progresos de la técnica o los cambios de forma de vida.
Es preciso, por tanto, liberar el espíritu del objeto tal como existe: maltratándolo de todas las formas posibles, ridiculizándolo, relativizándolo, disociándolo, rompiéndolo, destruyéndolo, disminuyéndolo, invirtiéndolo...
Este razonamiento es una especie de acceso purificador. En apariencia es totalmente negativo, pero a menudo tiene consecuencias positivas: del mundo presente, cuidadosamente quebrantado, surge a menudo un mundo nuevo, que nos parece perfectamente seductor, y el descubrimiento no es más que un sueño que se realiza!

Este ejercicio es más sencillo de realizar cuando previamente se ha hecho una descripción precisa del objeto que se quiere quebrantar, distinguiendo cuidadosamente entre su universo técnico, es decir, la materia y la estructura según las cuales ha sido organizado; su universo funcional, es decir la utilización que el hombre ha sacado de él, y su universo sociológico, es decir las circunstancias generales en las que el hombre ha hecho su utilización.
El ejercicio puede realizarse bien por cada miembro del grupo aisladamente, bajo forma de test personal: después de lo cual se comparan los resultados de cada uno, o bien colectivamente, dejándose llevar por sus propios impulsos de fantasía imaginativa. Al final del ejercicio conviene reconsiderar las ideas espontáneas y desordenadas que se han conseguido, con el fin de comprender lo que ha ocurrido en el espíritu de los participantes y de ahí sacar una clasificación.
En una primera fase es conveniente hacer unos ejercicios basados en uno solo de los verbos propuestos, por ejemplo: aumentar, disminuir, invertir, modificar... ; después cuando se haya elegido el mecanismo a seguir se podrá trabajar globalmente sobre todos los verbos, dejando vagar libremente la imaginación de uno a otro. El tope propuesto no debe ser jamás un freno, sino únicamente un estimulante de la imaginación.

Ejemplo: aplicar cada uno de estos verbos, aumentar, disminuir, invertir... un ladrillo. Refuncionalizarlo, optimizarlo, multifuncionalizarlo.

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